1. La muerte de Don Quijote (igual que el
momento de la salida a las aventuras de D.Q.) transforma a todo el libro en un
enorme paréntesis de inmovilidad. Este espacio en cual el avance acumulativo —propio de la epopeya que moldea el carácter del héroe y modifica
la realidad que este vive— ha desaparecido por
completo.
De ese desmantelamiento, de esa oposición
(consciente o no, deliberada o no), surge toda una serie de líneas singulares
que van a modificar el rostro de la narración occidental.
1. Toda epopeya empieza
con el nacimiento del héroe.
Desenvolvimiento prenatal
Objetivo: distinguir el
texto de toda filiación épica.
En “La Educación sentimental”
Flaubert prepara a lo largo de toda la novela un acontecimiento que debe
producirse, el encuentro amoroso entre Mme. Arnoux y Frederic Moreau, y que,
contrariamente a las exigencias de la épica según las cuales el acontecimiento
es lo que funda la narración, nunca se produce.
En “Bouvard y Pécuchet” se sugiere la inmovilidad de los personajes en
el hecho de que, como Don Quijote, se enfrentan al saber universal, capítulo
por capítulo, rama por rama, con la misma vocación de fracaso que este ante los
molinos de viento (o cualquiera de las otras idealizaciones que se forja del
mundo).
Desmantelamiento de la epopeya: Se trataría de la comprobación
de la imposibilidad (en el plano moral y social), (en el saber y a la ciencia)
Un caso claro lo vemos en
el Ulises de Joyce.
Esta obra que parte de la
epopeya clásica —Odisea— es reducida a un recorrido de unas
pocas horas en una ciudad moderna el 16 de junio de 1904.
La lectura funciona como
forma de cambio, de transformación.
Ligadas a la locura: la
lectura y la fe ciega (Hamlet, Mme. Bovary).
Cómo es el avance, la progresión: difícil
El avance es lento,
dificultoso: porque el carácter legible no está cumplido
En cambio, en la epopeya clásica ejemplo: La carrera del
Cid (con sus reveses y sinsabores) es fulminante como las de las estrellas de
cine de hoy)
La épica de HOY la vemos en:
1. Las ideologías totalitarias
2. En las religiones (un
mundo mejor)
3. Discursos de
propaganda (política, confesional o mercantil)
Tema: dificultad de
avanzar
Recordar la paradoja de
Zenón de Elea: la flecha de Aquiles y la tortuga, basadas en la “hipotética divisibilidad
infinita del tiempo y el espacio”.
Don Quijote sale a los
caminos:
—1. Mera sucesión de
partidas.
—2. Desenlaces de
aventuras frustradas.
—3. Sin meta ni propósito
de llegar a ningún lado.
—Lo contrario de una epopeya.
Imposibilidad de avanzar
Surgen: acentos de
melancolía y de fracaso que impregnan toda la obra.
Desaliento (a pesar del
denuedo).
Convencido de antemano de
la imposibilidad que acechan sus actos.
Don Quijote es un melancólico
que decide medirse con el mundo.
Síntesis: la conciencia, oscura o transparente, de la
inevitabilidad del fracaso para las empresas humanas. Se opone fundamentalmente
a la moral de la epopeya.
Moral de la epopeya: En el Cid o cualquier otro:
1. Cumplimiento de la
hazaña; realización de la empresa.
2. El héroe puede morir
trágicamente, pero… después de haber cumplido con la hazaña.
3. El objetivo es preciso
y alcanzable por definición (aunque difícil).
Don Quijote no tiene
objetivo claro. Cuando intenta ser definido, el objetivo sugiere su vaguedad,
lo cual no le impide salir a buscarlo.
Nueva visión del mundo.
Específica de nuestra época (moral del fracaso).
Moral de la literatura
moderna
Excepciones: comedias
(la sombra amarga del fracaso se proyecta continuamente sobre la intriga).
Ver: Marthe Robert (ver Don
Quijote). El fracaso como único horizonte posible para el hombre (línea de
Cervantes hacia la modernidad).
Símbolo o alegoría: Lévi-Strauss
en su obra “La eficacia simbólica”. Tales recursos abundantes en Don Quijote. Un elemento abstracto,
ideal, diferente.
—Los molinos de viento
—Las rameras, princesas,
un pobre labrador, una ventera
Contraste con: sueños
locos y realidad. Dos planos entrelazados.
En Ulises: el plano del relato que leemos y el plano simbólico
(entrelazados).
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